Desde que las redes sociales son una pieza más (ya menudo clave) de nuestro día, nos las hemos mirado desde todos los puntos de vista: como una herramienta para compartir, para generar networking, para hacer y mantener amigos, para aprender … o como un espacio olmo se pierde la intimidad, reina el chisme pura, enaltecen vanidades y adoptan personalidades que difieren de la realidad. Cada uno lo toma como quiere, y entra en el juego o se queda fuera.
La psicóloga social y especialista en redes y nuevas tecnologías Dolores Reig considera Internet, y especialmente las redes sociales, una herramienta potenciadora de la sociabilidad que nos acabará llevando a unas democracias más participativas. Lo explicaba hace unos días en el programa Singulars del Canal 33, y lo defiende constantemente en su blog, El caparazón, uno de los más consultados en el ámbito de la innovación en la red. En la entrevista, Dolores Reig nos invita a la reflexión con apuntes como estos:
Violación de la intimidad y redes. «Los datos son el petróleo del futuro, y un elemento clave para mover el negocio en las redes. Hay vulneraciones, pero hemos de coger la parte positiva, sacar partido al tiempo adoptar comportamientos responsables y ser conscientes de que decimos, a quien lo decimos y donde lo decimos. Por ejemplo, si Google no pudiera aprovechar la información personal que extrae de nosotros, no haría negocio, y tampoco nos podríamos beneficiar de las ventajas que nos proporciona «.
Inteligencia colectiva. «La red nos aporta conocimiento e interacción. Si somos capaces de canalizar lo que sabemos de forma colectiva podemos hacer grandes cosas, y la estructura colaborativa de Internet nos lo pone en bandeja: en la red estamos volviendo a colaborar y ayudarnos unos a otros.
Democracia participativa: «Nos hemos acostumbrado a decir nuestra en todo, y ya no entendemos una democracia obsoleta que sólo nos pide la opinión cada 4 años. La sociedad reclama una democracia más participativa, 2.0. No sé cuando llegará pero tengo claro que hasta entonces la gente no dejará de quejarse «.