esde hace unas semanas trabajamos en un proyecto que nos ilusiona especialmente, no sólo por la gran parte de corazón y de emoción que contiene, sino también porque nos genera la oportunidad única de ser espectadores de primera de un marketing y una comunicación singulares. El ritmo es trepidante, el feedback descomunal, y las reacciones a las acciones que se aplican son inmediatas y llenas de pasión.
Se trata de Vamcats, el proyecto de las zapatillas independentistas nacido en Vic de manos de Guillem Soldevila y su padre y que, en seis meses, ha vendido quince mil par de zapatillas, facturando un millón de euros.
Las cifras hablan en sí mismas del éxito de un proyecto que nacieron de manera singular en el emprendimiento. Ni estudios de mercado, ni planes de marketing para el lanzamiento … En Guillem, como diseñador gráfico, planteó un cartel vinculado a la Asamblea Nacional Catalana donde salían unas zapatillas con la estelada. La demanda se generó por sí misma, de manera espontánea, y se encontraron que los demandaban unas zapatillas que no existían. Y, además, le pedían al hijo de un zapatero de toda la vida. Así que se pusieron manos a la obra y convirtieron en realidad una demanda de mercado que no habían ni siquiera pensado ni previsto.
Es un caso excepcional en el que la comunicación del producto, que suele ser la última fase de lanzamiento en un plan de marketing, se convierte en la primera acción, incluso antes de la definición y la existencia del producto. La rapidez en la ejecución del proyecto fue vital, y seguramente sin el conocimiento de producto y de mercado que ha aportado el padre al proyecto y el diseño del hijo no estaríamos hablando del mismo.
En cualquier caso, una vez creado el proyecto, si analizamos la marca podemos entender que una de las claves del éxito es construir y mantener una arquitectura de marca en base a una receta con dos ingredientes: 50% corazón, 50% negocio.
Ninguno de los dos aspectos se puede desequilibrar. Las Vamcats han convertido en una iconografía que permite expresar un posicionamiento ante el derecho a decidir de Cataluña. Pero no es suficiente poner una estelada en unas zapatillas para mantener la ventaja competitiva. El posicionamiento es la clave. O alguien entendería, para ir al extremo, que Vamcats fabricara zapatillas con la marca española? Parece evidente que no, ¿verdad? Pero vale la pena reflexionar en torno a nuevos modelos de negocio que triunfan porque son capaces de canalizar demandas emocionales latentes. Son capaces de crear un imaginario colectivo.
Vamcats, o por poner otro ejemplo, Moritz, son dos claros ejemplos en que el posicionamiento junto al corazón y la canalización de un sentir que se acaba convirtiendo en estilo de vida son los ejes principales de proyectos singulares.
Más allá de las zapatillas o de la cerveza, los compradores del producto sienten que forman parte de una comunidad. Por ello, de manera espontánea, crean momentos Vamcats y momentos Moritz utilizando Instagram, Twitter o Facebook para demostrar que forman parte de la comunidad.