Los últimos días las redes sociales han sido el escenario de una gran mentira que ha puesto de manifiesto el daño que pueden hacer estas herramientas si se hace una mala gestión, sea voluntariamente o por error. Un bloque, supuestamente oficial, de Casa Tarradellas, anunciaba con bombo y platillo que en breve lanzaría al mercado un paté en homenaje a Eric Abidal, el jugador del Barça que padece cáncer de hígado. El bloque contaba con detalle cómo sería este nuevo producto, «con hígado de pato y un suave toque especiado, en honor al estilo del juego de Abidal», añadiendo que los beneficios de las ventas se destinarán a la lucha contra el cáncer de este tipo de órgano.
La noticia era una mentira desde el comienzo hasta el final. Un fake que recorrió como la pólvora las redes, sobre todo Twitter, donde llegó a ser trending topic. Mucha gente picó y retwitteado esta mentira, creyendo que era verdad, incluidos periodistas de renombre y personas con un número más que considerable de seguidores. Casa Tarradellas también utilizar las redes para desmentir rotundamente la noticia, y unas horas después el supuesto blog oficial quedaba desactivado.
Una broma de tan mal gusto como ésta nos puede hacer poner las manos en la cabeza, pero también nos puede invitar a la reflexión ya extraer algunas enseñanzas: ante todo, la responsabilidad con que debemos actuar todos aquellos que somos activos a las redes sociales. Es tan fácil apretar un botón y contribuir a la viralidad de un tema, que hay que estar totalmente seguros de lo que hacemos antes de actuar.
En segundo lugar, la facilidad con que cualquier persona con un mínimo conocimiento de Internet puede suplantar la personalidad de cualquier otro (incluido un imperio como Tarradellas) y hacer daño a costa de lanzar mentiras al aire. Seguro que mucha gente no creyó el fake el principio, pero muchos otros se llevaron por la indignación, lanzaron duras críticas a Casa Tarradellas. Y quién sabe, tal vez algunos de estos, amparados por aquello de «cuando el rio suena, agua quita», continúan convencidos de que todo fue verdad.