Las imágenes en topless de actrices, modelos, cantantes, presentadoras de televisión y de otros personajes públicos son todo un clásico de la prensa en todo el mundo. Los pechos femeninos son un auténtico reclamo de un abanico muy variado de publicaciones, que siempre hacen más cajón si se trata de una delantera exclusiva, poco fotografiada y con un plus de atractivo, como los de una futura reina. Y es que no todos los pechos valen lo mismo.

Esta semana tenemos un ejemplo con los de la duquesa de Cambridge, Kate Middleton. Hace unos días Closer publicaba las primeras fotografías de Middleton haciendo topless durante sus últimas vacaciones en la Provenza, a pesar del descontento de la Casa Real inglesa. Las redes sociales son imparables, y de otros medios como la revista italiana Chi también han tirado por el derecho, por lo que nada puede hacer que el siglo XXI estas imágenes sigan corriendo como la pólvora. Ni siquiera el hecho de que la prensa inglesa se haya alineado con la casa real y se mantenga muda o, como The Sun, tome partido diciendo a gritos que el autor de las fotos debería ir de derecho en la cárcel.

De momento Closer ha tenido que entregar todo el material fotográfico a la justicia francesa, con multas de 10.000 euros por cada 24 horas de retraso. Además, tiene prohibido ceder, usar o publicar de nuevo estas u otras imágenes similares y debe retirar los ejemplares que quedan en el quiosco. Los abogados de los futuros reyes de Inglaterra han propiciado que se abra una investigación que determinará qué otras acusaciones se hacen (atentado a la vida privada, daños y perjuicios?) Y al que (en la revista, el paparazzi que estas alturas ya debe ser rico?). Y por si fuera poco, el hasta ahora director del The Irish Daily Star ha tenido que dimitir por haber replicado las imágenes en su diario.

Pero independientemente de quien gane esta batalla judicial, hay algunas reflexiones a tener en cuenta a la hora de analizar esta polémica. Nadie que no hace topless sale en la portada de una revista haciendo. Es decir … las personas públicas se pueden comportar como personas anónimas y pretender evitar situaciones como ésta? Donde acaba y dónde empieza su derecho a la intimidad y donde empieza y termina la libertad de expresión? Se hubiera levantado esta polvareda si se tratara del topless de la hermana pequeña de Kate, Pippa? En este caso, la publicación habría tenido que entregar el material fotográfico a la justicia? Ha sido diferente el trato de estos pechos porque son los de la futura reina de Inglaterra? Sea como sea, tal vez sólo sería necesario que reflexionáramos un poco y preguntarnos por qué una práctica habitual como tomar el sol en topless puede convertirse en un escándalo en el siglo XXI.