
No hace demasiados años, los directores de marketing de las empresas luchábamos para que nos aprobaran presupuestos estratosféricos para la realización de estudios de mercado. «Necesitamos conocer la realidad de nuestros clientes para orientar nuestras estrategias» asegurábamos una y otra vez.
Y cuando la realidad del presupuesto de marketing nos caía sobre la mesa, buscábamos maneras más artesanales para acercarnos al posicionamiento de nuestros clientes, como entrevistas cualitativas o cuantitativas de las que sólo recibíamos respuestas testimoniales.
Hace 3 o 4 años, cuando comenzó el boom de la inversión de pequeñas y medianas empresas en Google Ads o estrategia SEM, comenzamos a adentrarnos en un mundo que, en la actualidad, se ha convertido en uno de los pilares que prácticamente aplicamos a cualquier estrategia.
En una fase inicial, jugamos con Google Ads como un canal más de difusión publicitaria. Pero a medida que fui descubriendo las posibilidades técnicas de la herramienta me di cuenta que si trabajaba con un buen google partner y sumaba una definición estratégica pensada en clave de Google, era la herramienta más potente a nivel de coste-oportunidad para a cualquier área de marketing, con una inversión ínfima.
Y así, con una definición estratégica potente, traducida en clave de Google, podemos ofrecer a nuestros clientes un estudio de mercado en tiempo real, podemos testear pruebas de concepto, testear mensajes previos a lanzamientos, descubrir donde se deben de abrir nuevas filiales, detectar mercados con más potencial y un largo etcétera de requerimientos estratégicos que antes eran costosos, lentos y sesgados.
A menudo, cuando planteamos la estrategia a clientes, quedan boquiabiertos. Incluso se asustan del poder de los datos, y de la información que se puede conseguir aplicando siempre las best practices de Google. Unas semanas después, con los resultados en la mano, descubren que tienen a su alcance la herramienta más poderosa que podrían tener jamás: saber exactamente qué piensan sus clientes, cómo llegar y cómo explicarles su propuesta de valor.
¡Todas y todos estamos en Google. Traducido para las empresas: todas, todas y todas, tenéis vuestros clientes en Google!